domingo, 25 de diciembre de 2016

Entre el blanco y el negro... una gama de grises

¿Conoces esa sensación de no estar mal pero no tener esa energía o entusiasmo ante la vida? Y no es que me haya ocurrido nada malo: tengo trabajo, salud...No me ha tocado la lotería, bueno o eso supongo porque ni siquiera he tenido esa ilusión por comprobarlo. A esto me refiero, cosas que antes tenían más sentido para mí, ahora carecen de ello.

Echo la cuenta de hace cuanto no voy a bailar y me da pánico. Esa actividad que empecé a realizar 4 años atrás para alejarme de mis problemas y me daba la dosis de felicidad para evadirme y disfrutar sin más. ¿Y ahora? Sigue siendo mi pasión pero no encuentro las ganas.


Dejarse llevar por el día a día, con tanto que querer hacer y no tener las fuerzas para organizarse. Y así pasan las horas, los días y los meses y no hay evolución.


Estos días de vacaciones deberían ser para descansar, tomar decisiones, planificar y coger fuerza para lo que viene. Sin embargo, solo soy capaz de mirar la pantalla del ordenador y quedarme ahí, buscando cosas sin sentido o de importancia relativa.


Necesito encontrar mi dosis de energía, eso que recobre las ganas de luchar por lo que quiero y ser capaz de enfrentarme a las dificultades, sin miedo al futuro.


¿Vivir el presente? SI. Pero con la vista puesta en el futuro, priorizando en la vida y relativizando mis pensamientos oscuros.


Porque la mente puede ser tu mayor aliado o también el enemigo que te destruya.

                     
                      Porque la vida no es ni perfecta ni horrible. Hay que saber ver las tonalidades ocultas