Es cierto, una ruptura es algo duro , más cuando llevas casi un tercio de tu vida compartiendo con esa persona tu vida y, de la noche a la mañana , pasáis a ser nada. Y la gente te dice que no te preocupes, que todo pasa. Aún recuerdo ese día (cómo olvidarlo) y los meses posteriores intentando que nadie notase lo que sentía por dentro y aparentar ser la misma persona de siempre.
Pero no, ya no era la misma persona. Tuve que empezar a ser una, a pensar en MI felicidad, y hacer más que nunca cosas que me hicieran ser feliz para, poco a poco, irte aparcando. Y fue un día que mi cabeza entendió que nunca volverías a mí y que yo tenía que seguir adelante. Y te guardé. Para no tener tu cara y tus recuerdos que me torturaban por las noches y me ahogaban la respiración.
Y pasó el tiempo. Y sin planearlo, porque es así como suceden las mejores cosas, apareció una persona. Alguien que actuó como un caballero desde el primer momento y que desde ese día solo se desvive por mí. Y día a día ha ido uniendo esos pedazos rotos en que había quedado mi corazón y lo ha vuelto a hacer uno. Uno que late más vivo que nunca. Y lo hace por él. Porque trabaja por hacerme feliz, por complacerme y porque cada cosa que hace la realiza pensando en mí y me colma de detalles (no solo materiales) que nadie nunca había tenido .
Y aquí estoy, con una sonrisa al recordarle cada segundo, porque es la rezón de mi felicidad, de mi volver a sonreir de verdad.
Y lo mejor de todo es...
Que esto solo acaba de comenzar y queda mucho camino por andar.
Gracias.
Firmado,
La sirenita
Una persona que nunca ha dejado de desvivirse por hacerte feliz. Recuérdalo.. Porque tal vez hoy, esa persona es la que sufre y se siente como se sentía esa sirenita al principio de esta carta..
ResponderEliminarOjalá hubiera quedado mucho por andar..