domingo, 21 de febrero de 2016

Es mi fuerza, mi enegía


Mucha gente podrá ver los ritmos latinos como algo meloso y que solo tiene un fin, que es el roce con otra persona del sexo opuesto.

Pues bien, en mi caso, la música es mi yo. Será que vengo de una familia de músicos, que empecé desde bien pequeña a crear música (o a veces más ruido), que estudié una carrera relacionada con la música y que me dedico a enseñar el gusto por lo musical. 

Hace ya unos cuantos años decidí ir yo sola a unas clases de baile que daban en mi barrio por la noche. Me llamaba la atención y mi hermano y mis padres ya bailaban algo. Así que como no encontré a nadie que quisiera probarlo conmigo, me adentré yo sola. 

Creo que esto ocurrió en mayo del 2012, y a día de hoy, pese a haber habido muchos cambios en las clases (tanto de las personas como de los profes), sigo asistiendo cada semana.

Y es que en ese momento en el que escucho los primeros compases de una salsa o bachata, no puedo resistirme a sonreír y ya si es bailarla... todos los problemas se diluyen y SOY FELIZ. 

Y lo digo bien alto y claro, bailar me hace inmensamente feliz, disfruto con cada paso que doy, con cada instrumento que escucho realizando ese ritmo característico de ambos estilos, de dar lo mejor de mi, desinhibirme, de vencer el miedo a hacerlo mal,de crear una conexión con la persona que bailas, de aprender siempre un poco más y de conocer gente que siente esa misma pasión y lo vive. 

Se está tan a gusto, que no me importa llegar a casa después de cerrar la discoteca y saber que en 3 horas te tienes que levantar, pues tienes esa energía acumulada en tu mente que irradias felicidad.

No sé qué habría sido de mí si no llego a dar el paso de ir a las clases. Lo que sí se, es que lo necesito en mi vida como el agua es necesaria para vivir. 

La mejor terapia para espantar los malos pensamientos y sonreir de nuevo. Recomendable para todos.

viernes, 5 de febrero de 2016

Dimisión

Llora pequeña, llora. Encogida en el suelo,el alma necesita expulsar todo su malestar y ahora no tienes a nadie con el que tienes que aparentar. Estás tu SOLA. Llora sin miedo a parecer débil, pues necesitas sacar toda esa pena que te aflige. 

Un día duro, muy duro. Lo que parecía que tenía que ser una fiesta, ha sido un martirio y has tenido que contener tus nervios para hacer creer a los demás que estás al nivel que se te pide. Lo has hecho muy bien. Aunque todo tu esfuerzo no sea valorado y todo quede en un show de 4 minutos. 

Pero la realidad es que no puedes más con todo. Deja de ser la directora general del universo. Dimite. 

Y a pesar de ser un pensamiento injusto, que muchas otras personas viven en una situación peor  y luchan cada día para seguir adelante, estás dentro de un tornado interior, que ya no solo aparece en las oscuras noches, sino que te acompaña a cada paso que das. 

Toma decisiones. Piensa en ti y ve en busca de la felicidad. Allá donde se encuentre. Está claro que lo que tienes ahora no se parece en absoluto. Después de haber caído tanto, solo puedes ascender (viendo algo positivo).

miércoles, 3 de febrero de 2016

Pensamiento corto pero duro

Hoy ha venido a mi un pensamiento muy turbio. Realmente no es nuevo, pero hoy quizá ha dolido un poco más.

Caminando malamente por la calle, me he percatado de lo joven que soy y de todos los males que tengo. Lo siguiente ha sido pensar, que así no iba a llegar a muy mayor.

Si a lo largo de lo que me pueda quedar, comparto mi vida con una persona, la someteré a sufrir mis dolores continuos. Pobre infeliz, como si la vida no fuera ya difícil para uno mismo.

Quizá sea mejor que me mantenga como estoy. Al fin y al cabo, cuando las cosas ocurren es por algo, y si estoy en mi situación por algo tendrá ser.


Una vez escrito, espero poder soltarlo y no volver a ello. No darle importancia. Todo se andará.

Querer y no poder

Va paseando por la calle. Ya es de noche y unas lágrimas empiezan a resbalar de sus ojos. El miedo se apodera de ella. En su cabeza muchos pensamientos le bombardean y no puede más. Aprovecha la oscuridad para poder desahogarse silenciosamente para que nadie note su estado. Como siempre. 

Le gustaría ser fuerte y tener el valor de hacer lo que realmente quiere. Pero luego le asaltan las dudas y y no es capaz. Vive en una constante dualidad del quiero pero no puedo y lo peor de todo es que siente que no puede expresar a nadie esa angustia que tiene, porque no va a ser comprendida. "Pobre- piensa-, con tanta gente a tu alrededor y tan sola con tus miedos y preocupaciones.¿Quién se va a parar a escucharte?"

Así que decide seguir caminando. Ni siquiera las lágrimas le duran ya mucho. Será de todas las que ha soltado esta temporada. Tanto es así que su rostro ya absorbe con gran facilidad el agua salado y deja al instante la piel como si nada hubiera caído de sus maquillados ojos. Delineador waterproof, por supuesto. No puede permitirse que el lápiz rebele lo que tan camuflado está. 

Sube a casa, se mira al espejo y se coloca la máscara. A veces, piensa incluso que es la realidad. Pero en la oscuridad de su habitación, donde puede ser ella, los pensamientos reaparecen. "Felices sueños. Si es que consigues dormir y sacarnos de tu mente", le dice uno de ellos.